aprendí también a desafiar todas las leyes de la
física. Me hice funambulista de lunes a domingo. Así averigüé que hay
más distancia entre tu primer y último beso que entre cualquier
antípoda, que volar es cosa de pájaros y mujeres, que tengo una rama por
brazo izquierdo donde dejo que se posen el amor y las letras, que el
viento es el único que sabe de lo que habla. Que, para bien o para mal, o
escribo como beso o no escribo. Que existe tanta poesía como metros
cúbicos de aire puedas abrazar.
Así es como presenta Raquel Bullón Acebes su original colección de poemas. La escuché en Radio 3 y me pareció interesante y vitalista.
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